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[El Rincón Español]

UNA LLAMADA A SALVAGUARDAR NUESTROS NIÑOS Y NUESTRAS LIBERTADES

{Ésta es la declaración de un grupo informal de educadores, trabajadores de salud, trabajadores del sistema de justicia criminal y otros activistas, la mayor parte de la ciudad de Boston y el Noreste de los Estados Unidos.}

Como gente interesada en el bienestar de los niños y una sociedad justa, denunciamos la dirección problemática de campañas hoy día para proteger a los niños contra peligros sexuales vagamente definidos, los que criminalizan y culpan injustamente un gran rango de gente y sus comportamientos. Frecuentemente estos enfoques ignoran las realidades de la sexualidad de niños y adolescentes, y a veces equiparar la afección con la violencia. Nos distraen del problema mucho más grave de violencia contra niños y jóvenes. Minan libertades esenciales por todos. La histeria de hoy es tan dominante que cualquier persona que proponga una discusión más pensativo arriesga ser tildado de abusador de niños. Para proteger verdaderamente a los niños y también habilitarlos a ser los que quieran ser, y para mantener a una sociedad libre, insistimos en un enfoque más sensible y compasivo.

La mayoría de abuso de niños no tiene nada que ver con sexo. Es importante denunciar abuso sexual verdadero, lo que ha quedado tan escondido y negado dentro de nuestras familias y comunidades. Sin embargo, la violencia no-sexual y el asesinato de niños es tan grande como la violencia sexual. La pobreza, malnutrición, discriminación étnica, la mal educación y una sistema de salud inadecuada son todos formas de abuso que amenazan a millones de jóvenes en nuestra nación próspera. Pero no hay una voluntad nacional para poner fin a estos daños letal y común a niños. Por lo tanto, nuestra atención esta fijada en cualquier caso de abuso de niños que involucre el sexo.

Las campañas recientes contra el abuso de niños no hacen ningunas distinciones entre comportamientos diversos y circunstancias. Cualquier sexo es igual a la violencia, y jóvenes de 17 años son llamados "niños". La violación brutal de una chica de 6 años por su padre, relaciones sexuales no-coaccionados entre un chico de 14 años y una mujer de 30 años, y una relación entre un chavo de 18 años y una chava de 16 – claramente estos son muy distintos, pero todos son representados como violación debajo la ley y en los medios de comunicaciones. No creemos que la expresión de sexo mutuo y con cariño es la misma como una violación violenta. Para equipararlos es disminuir la gravedad de la violación. Además, por los casos de sexo involucrando niños, pruebas concretas aparecen innecesarias: la alegación sola es suficiente. También, aparece raro que hablemos de jóvenes aun más mayores como "niños" que necesitan protección de abuso sexual, y al mismo tiempo consideramos que niños aun más jóvenes son llamados "adultos" cuando acusados de crímenes.

Es una equivocación llamar una clase de gente carecido de la humanidad y sin la oportunidad de redención. Las leyes ahora tildan a cualquier persona que viola los reglamentos de sexo con menores como un "predador sexual", aunque ningun violencia o fuerza este allegada, y aunque la menor falta un mes -o un día- para ser mayor de edad. Además, los temores y los odios de sociedad contra el homosexualismo frecuentemente volver a la gente gay en chivos expiatorios, aplicando a ellos un estereotípico falso de abusador de niños. El proceso de calificar a una clase de gente como malvada es destructivo aun cuando este aplicado a los criminales verdaderos violentes. Los que cometen crímenes sexuales violentes no nos llegan de un vació. Ellos proceden de nuestras comunidades y familias. El mensaje comunicado por esto es que el peligro principal a los niños es un extraño quien es al punto de saltar sobre ellos, un pedófilo de quien podemos denunciar y estigmatizar. Pero la mayoría de contacto sexual entre adultos y menores es dentro de la familia y sus amigos. Si consideramos los criminales peligrosos como gente totalmente aparte de nosotros, nos impide entender las raíces de crímenes sexuales. La estigmatización permanente no solo le hace imposible re-integrar dentro de la sociedad los quienes son rehabilitados, sino señale una falla fundamental en la sociedad civil.

"Proteger los niños" ha estado una grita de batalla para aumentar el poder coercitivo y encarcelamiento del estado. Las ultimas dos décadas han visto numerosas formas de represión del estado en el nombre de proteger a niños: Hay leyes radicales contra la libertad de expresión; registros para el seguimiento por la vida de personas y para exponérselos al ridículo; cadena perpetua dentro de los hospitales estatales para la salud mental por ellos no juzgados culpables de un crimen sino pensados probablemente "peligrosos"; libertad condicional por la vida por criminales de sexo en algunos estados; y cadena perpetua obligatorio sin libertad condicional por los quienes cometen un segundo crimen sexual; una sistema de control policiaco para los quienes estén encarcelados, en libertad condicional o dentro de los hospitales estatales, en algunos lugares con pruebas de detector de mentiras y terapia por aversión obligatorias; leyes de reportaje obligatorias que vuelven a los médicos y terapeutas de salud mental en agentes del estado; prohibiciones contra la libertad de asociación; y leyes que permiten los E.U. enjuiciar sus ciudadanos por comportamiento que ocurre afuera de los limites territoriales del país, aun cuando dicho comportamiento es legal en el lugar donde ocurra. Estos asaltos contra las libertades civiles han caído sobre nosotros porque tan poca gente han querido arriesgar ser vistos como blando con los abusadores de niños. Sostenemos que las libertades son inseparables. Argumentamos que sentencias mas largas, tratamiento mas duro en las cárceles o llamados por la penal de muerte solo aumentan y perpetúan la violencia. El poder represivo del estado no puede ser aplicado fácilmente contra la gente "mala". Este poder amenaza a nosotros todos.

Un obstáculo destructivo entre los adultos y niños ha estado levantado por las leyes y actitudes caprichosos y poderosos efectuados por estas campañas. Ahora, adultos pueden temor con razón que cualquier cariño será calificado como abuso. Este temor significa que los adultos –aunque son padres, maestros o extraños- frecuentemente contienen lo que todos los niños requieren sobretodo: atención cariñoso y respetuoso. La reta verdadero es apoyar y ampliar las programas por niños y jóvenes que les desarrollan en seres humanos comprensivos, cariñosos, atentos y enteros. Entre ellos son guarderías infantiles, jardines por niños, una educación que tiene el punto de visto que el sexo es una cosa positiva, y mejor adestramiento y saldos por los que trabajan con niños. La meta de todos estos programas debe ser habilitar a los jóvenes y niños para aprender hacer sus propias decisiones sobre sus vidas. Niños y jóvenes deben pensar en si mismos no como presuntas victimas, pero parte de una comunidad lo que les da apoyo y les cría, dándoles ánimo hablar y actuar con responsabilidad según sus creencias propias. Queremos que los niños van a amar la vida, no temerlo. Para llevar a cabo esto, debe ser adultos con bastante coraje para demandar un enfoque al sexo y jóvenes honesto y constructiva y para llamar por el fin de la histeria imperante. Solamente así podremos salvaguardar las libertades lo que todos necesitamos para desarrollar completamente.

FIRMADO/A:

Dr. Richard Pillard, psiquiatra;
Paul Shannon, educador;
Cathy Hoffman, activista de paz;
Chris Tilly, profesor de economía;
Marie Kennedy, profesor de planificación
civil;
Eric Entemann, profesor de matemática;
Tom Reeves, profesor de ciencias sociales;
Bob Chatelle, escritor & activista contra la censura; y Jim D'Entremont, dramaturgo
y activista contra la censura;
Ann Kotell, trabajador de salud;
Carol Thomas, activista por justicia social y religión;
French Wall y Bill Andriette, escritores y redactores gay;
Nancy Ryan, activista feminista;
Reebee Garofalo, profesor de cultura popular;
Dianne McLaughlin, trabajador de la comunidad y de justicia criminal;
John Miller, profesor de economía;

Molly Mead, profesor de planificación urbana social;
John MacDougall, profesor de sociología;
Laurie Dougherty, investigador y redactor de ciencias sociales;
Monty Neill, educador y activista política;
Rev. Margaret Hougen y Rev. Edward Hougen;
Roswitha y Ernest Winsor, defensores de justicia criminal;
Paula Westberg, maestro;
Rosalyn Baxandall, profesor de estudios americanos y activista en la comunidad (Nueva York);
Chris Vance, trabajador de educación y de jóvenes bisexuales;
Mark Salzer, maestro y activista política;
Barry Phillips, educador;
Clark Taylor, estudios latino americanos;
Sarah Bartlett, educadora;
Rachelle Simon, sobreviviente del incesto;
Noel Rosenberg, técnico de apoyo de computadores;
Adolph Reed, profesor de ciencias políticas (Nueva York);
Rev. David Olson;
Phillip Kassel, abogado de derechos civiles;
Jim Hunter, trabajador sociales (Estado de Maine);
Howard Zinn, historiador y activista;
Ruth Hubbard, educadora y activista sobre la salud de mujeres;
Jenifer Firestone, activista por familias gay;
Chip Berlet, investigador y periodista;
Paula Rayman, educadora por mujeres y política pública;
Yvonne Pappenheim, Escritores por la Accion (Writers for Action);
Saul Slapikoff, educador y activista;
Steve Schnapp, educador popular
y activista;
Betsy Duren, técnico de computadoras;
Eric Rofes, profesor de educación y activista en la comunidad;
Michael Petrelis, activista política;
Cynthia Aguilar, trabajador de guardaria infantíl;
Jamie Suarez-Potts y Kazi Toure, Programa de Justicia Criminal (Criminal Justice Program), American Friends Service Committee (de Cambridge, Massachusets);
y otros.

Para más información, favor de:

llamar á Paul Shannon, E.U. - 617-497-5273

enviar correo electrónico á: chris_tilly@uml.edu

escribir por correo á: Post Office Box 1799, Jamaica Plain, Massachussets 02130, Estados Unidos

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