Citas
sobre pedofilia
1920-2006.
Psicólogo holandés. ¿Cuál
es el perfil del pedófilo? Probablemente no exista. En última
instancia, la cosa se reduce a la relación entre una persona y otra.
Que los miembros de la pareja sean de edad similar en ese momento, o
que tengan edades muy diferentes, es esencialmente irrelevante
mientras que la relación o el contacto ocasional sean vividos de
manera positiva por ambas partes. ¿Cuál
es el perfil del pedófilo? Tal vez sea una cuestión irrelevante, ya
que parece ser que en general un pedófilo es una persona como usted y
como yo. Paedophilia:
A Factual Report.
Rotterdam: Enclave, 1985. Edward
Brongersma 1911-1998.
Jurista y político holandés. Un
niño es maduro para el goce, para el sexo hedonista, desde su
nacimiento; el sexo como expresión de amor resulta posible a partir
de los cinco años aproximadamente; la pubertad es la mejor época
para la experiencia ‘oceánica’, mística, de utilizar el sexo
para fundirse con la naturaleza. Procrear
debe ser privilegio del hombre adulto. Loving
Boys: A Multidisciplinary Study of Sexual Relations Between Adult and
Minor Males (Vol.
1), 1986, p. 40. Pat
Califia 1954-
. Escritora y activista lesbiana. Los
boylovers y las lesbianas
que tienen amantes jóvenes son las únicas personas que echan una
mano a los jóvenes para ayudarles a atravesar el dificultoso terreno
entre la sociedad heterosexual y la comunidad gay. No son abusadores
de menores. Los abusadores de menores son los sacerdotes, profesores,
psiquiatras, policías y padres que imponen su rancia moral a los jóvenes
que tienen a su cargo. En lugar de condenar a los pedófilos por tener
relaciones con jóvenes gays y lesbianas, deberíamos apoyarles. The
Advocate (octubre 1980). Daniele
Capezzone 1972-
. Político
italiano. Ningún
sistema —salvo que sea un sistema nazi o comunista— puede
criminalizar ninguna orientación sexual como tal, como “estado”,
como “condición”, como “ser”. Toda orientación sexual, toda
preferencia, toda elección, pueden y deben ser perseguidas siempre y
cuando se traduzcan en comportamientos violentos y dañinos para otras
personas, ya sean menores o adultos. Pero
criminalizar a los “pedófilos” como tales no sirve para
“proteger a los menores” (que más bien deberían ser protegidos
de aquellos que idean este tipo de protecciones), sino únicamente
para crear un clima incivil, no humano ni —digámoslo así—
cristiano. Declaración
oficial de la dirección de los Radicales Italianos. Lewis
Carroll 1832-1898.
Escritor, matemático y fotógrafo británico. Me
gustan mucho los niños (excepto los varones). En
una carta a Kathleen Eschwege
escrita en 1892. The Life and Letters of Lewis Carroll,
S. D. Collingwood. Luis
Cernuda 1902-1963.
Poeta español. Tiernos
niñitos, yo os amo tanto; Os
amo tanto, que vuestra madre Creería
que intentaba haceros daño. “El
mirlo, la gaviota”,
en Los placeres prohibidos,
1931. Jean
Cocteau 1889-1963.
Poeta, novelista y dramaturgo francés. El
pederasta reconoce al pederasta como el judío al judío. El
libro blanco,
1929 (trad. Arturo Vázquez
Barrón, 1995). Tony
Duvert 1945-2008.
Escritor francés. Tuve
que esperar hasta los doce años para ser por fin sodomizado de
importancia: muchos chiquillos a los que se lo entregaba me picoteaban
el ano atentamente, pero eso no apagaba el fuego interno que atizaban
en mí los grandes miembros que aquí y allá masturbaba. Hacía falta
una violación. De la cual yo fuese el autor, evidentemente. La víctima
fue un adolescente de quince o dieciséis años que se masturbaba
conmigo a veces. ¡Cómo me costó convencer a aquel atontado de
hermosa verga para que se me subiera encima! L’Enfant
au masculin.
París: Éd. de Minuit, 1980,
p. 25. [La]
libertad para salir de una situación para la que habíamos consentido
es, claramente, la garantía necesaria y suficiente del valor del
consentimiento en sí mismo. No hay por qué discutir sobre la «capacidad»
(del menor en particular) de alguien para consentir o no con
conocimiento de causa: siempre estamos capacitados, aun siendo bebés,
para distinguir lo que nos gusta de lo que nos disgusta, y para
expresar dicha valoración. Ídem.,
112. La
prensa, heterosexual y familiar, pinta a los pederastas como agresores
temibles para los niños. Pero, en su mayor
parte,las violaciones de niños son heterosexuales y
familiares. Además, casi todas permanecen impunes, escondidas,
tapadas. Abécédaire
malveillant.
París: Éd. de Minuit, 1989,
p. 95. Vivir
con un niño sin que nos guste estrecharlo y que nos provoque para que
lo hagamos no es más que tener las tareas que su debilidad impone. La
naturaleza ha hecho a los pequeños mamíferos encantadores para la
vista y muy amantes de las caricias y de los lametones: eso atrae a
los adultos que les alimentan (sin tener en cuenta a algunos ogros),
los fideliza e inhibe en ellos el deseo de asesinato que se despierta
cuando se sufre la presión permanente de un congénere inoportuno. El
fenómeno no es sentimental sino neuroquímico: normalmente el
contacto con el joven apaga la violencia que su presencia exasperante
puede inspirar en aquellos que no lo tocan. Ídem.,
pp. 135-136. [P]ara
mí, la pedofilia es una cultura. Tiene que constituir una voluntad de
hacer algo de esa relación con el niño. [...] Es imprescindible que
las relaciones sean culturales. Y es imprescindible que se dé algo
que no sea ni paternal ni pedagógico. Tiene que crearse una
civilización. “Tony
Duvert: Non à l'enfant poupée”, en Libération, n.º 1532 y
1533 (10-11 de abril 1979). J.
Z. Eglinton 1928-1993.
Escritor estadounidense. La relación amorosa entre un adulto y un muchacho es, por lo tanto, necesariamente distinta de lo que sería entre personas de la misma edad e iguales en otros aspectos. Debe tener en cuenta la inmadurez, la flexibilidad y la naturaleza cambiante del muchacho. En otras palabras, como el amor paternal, como el amor de un hermano mayor por el más joven, como el amor de un hombre maduro por su joven esposa inexperta o menos instruida, es una relación asimétrica. El hombre debe ser para el muchacho un guía-filósofo-amigo y consejero, alguien hacia quien el muchacho pueda tener respeto y confianza, alguien que responda a sus preguntas, alguien en quien el muchacho pueda confiar sin temor al rechazo, al ridículo o a ser descubierto ante sus padres, alguien de quien el muchacho pueda aprender cosas que debe saber pero que no aprenderá ni en la escuela, ni de los demás muchachos de su edad, ni tal vez siquiera de sus propios padres, alguien dispuesto a ver al muchacho emanciparse de la dependencia inicial para decantarse por las muchachas. Era así como los griegos veían
dicha relación. Si acaso intervenía la sexualidad, ésta sólo era
parte de un conjunto mucho más amplio de confianza mutua, de
experiencias compartidas, de amor dado y recibido; y todavía hoy es
así en algunas relaciones. Greek
love.
Nueva York: Oliver Layton Press, 1964,
p. 8. Puede
que yo sea demasiado idealista, pero tengo tendencia a pensar que en
caso de que disminuyeran los tabúes y las presiones jurídicas, la
historia se repetiría. Al igual que en épocas anteriores el amor
griego fue una fuerza beneficiosa, tal vez lo volverá a ser a menudo
en el futuro. Ídem.,
p. 12. Si
los tabúes y las presiones jurídicas disminuyeran, el debate abierto
y el conocimiento sustituirían a la ignorancia, y los propios
muchachos estarían mejor capacitados para decidir si van en busca de
este o aquel hombre —o si aceptan su interés por ellos—. (Porque
tales deseos no vienen siempre del mismo lado; la psiquiatría moderna
ha demostrado que los propios muchachos
toman a menudo la iniciativa). Ibídem.
Arcadi
Espada 1957-
. Periodista español. Entre
los pocos pederastas hay un pequeñísimo porcentaje de criminales que
utiliza la violencia para satisfacer su deseo. Otra obviedad
igualmente insulsa, pero imprescindible, dado que así como la violación
no se identifica con el comportamiento sexualmente habitual de los
adultos tampoco la inclinación pederasta debe identificarse con la
violación y el asesinato. Es más, la atracción sexual por los niños
no deriva siempre en una conducta que castiguen las leyes: las leyes
no castigan la naturaleza, sino la conducta de las personas. “Yo
conozco a un pederasta”, El Mundo, 25 agosto 2007. Michel
Foucault 1926-1984.
Filósofo francés. Es
posible que el niño, con su propia sexualidad, haya deseado a este
adulto, puede incluso haber consentido, puede incluso haber dado el
primer paso. Podemos admitir incluso que es él el que ha seducido al
adulto. Pero nosotros, con nuestro conocimiento psicológico
especializado, sabemos perfectamente que aunque sea el niño el que
seduzca, siempre correrá un riesgo, y que en todos los casos sufrirá
algún daño y algún trauma por el hecho de mantener relaciones con
un adulto. Por lo tanto, el niño debe ser ‘protegido de sus propios
deseos’, aun cuando sus deseos lo lleven hacia un adulto. En
La ley del pudor, refiriéndose irónicamente a la postura de los
psiquiatras sobre el consentimiento sexual de los menores en los
tribunales. Joan
Fuster 1922-1992.
Escritor español en lengua catalana. ¿«Corrupción
de menores»? Probablemente, hasta que un menor no sea debidamente «corrompido»
no se convertirá en adulto. Sagitari,
Valencia, Diputación de Valencia, 1985. André
Gide 1869-1951.
Escritor francés. Ved,
ved a los jóvenes efebos y sus danzas sagradas. Su hermoso cuerpo
blanco reluce al sol, frotado con aceite, y la alegría les enrojece
las mejillas. ¡Oh bello arte de Grecia! Qué hermosos eran al sol
todos vuestros jóvenes adolescentes; el orgullo estaba en sus ojos y
la fuerza en sus hombros; ved cómo se agrupan y giran con gracia en
torno al altar de Baco. ¡Oh bello arte de Grecia! Vosotros comprendíais
la belleza. Diario
(trad. Laura Freixas, 1999). Juan
Gil-Albert 1904-1994.
Poeta y ensayista español. En la pareja normal es el varón el seducido, y, a su vez, por un desdoblamiento obligado de la especie, el protector; éste es el doble papel que asume también el homosexual con su pareja socrática. Pero sin menoscabo para su joven contrincante de la condición viril. Este joven contrincante seduce, más o menos voluntariamente, en ocasiones muy involuntariamente, al homosexual adulto, muy configurado y experto, y que dirige, con la mano trémula del amor, pero con su envidiable tozudez, el asedio y los derroteros de la aventura. ¿Quiere esto decir que el joven en quien se han fijado los ojos y la voluntad juegue aquí un papel femenino? No, el muchacho no depone su atuendo
varonil, no debilita, por esta atención encomiástica que inspira,
los dotes de su pubertad, más bien al contrario, ante la muestra de
un homenaje tal, las vigoriza y las refrenda; como si dijéramos, ante
la persuasión encumbradora de aquel halago, como más hombre, y esto
de un modo simbólico, significativo y como estético. Heraclés.
Madrid: Taller de Ediciones Josefina Betancor, 1975. Allen
Ginsberg 1926-1997.
Escritor estadounidense. Sólo
con dar un paseo por el Vaticano, se podría decir que a todo el mundo
le gusta el suave efluvio erótico de los cuerpos desnudos de los
preadolescentes. De
una entrevista para Seconds Magazine, 1994. Preben
Hertoft 1928-
. Psiquiatra y sexólogo danés. [E]n
los casos en los que hay un consentimiento mutuo y una atracción
sexual mutua, la actividad sexual en sí misma [entre hombres y niños]
no parece tener efectos dañinos. Esperemos que esto pueda
tranquilizar a los padres y ayude a evitar que se sientan
innecesariamente molestos y preocupados. Introducción a
Crime Without Victims, Ámsterdam, Global Academic
Publishers, 1993. Massimo
Introvigne 1955-
. Sociólogo, filósofo y escritor italiano. El
debate actual sobre sacerdotes pedófilos —considerado desde el
punto de vista de la sociología— es un ejemplo típico de «pánico
moral». El concepto nació en los años setenta para explicar cómo
algunos problemas son objeto de una «hiperconstrucción social». En
concreto, los pánicos morales han sido definidos como problemas
socialmente construidos, caracterizados por una amplificación sistemática
de los datos reales, ya sea en la representación mediática o en el
debate político. Preti pedofili
Cinisello Balsamo: Edizioni San
Paolo, 2010. Joaquim
Jordà 1935-2006.
Cineasta español. La
violación es algo traumático, ahora bien, entre una violación y un
juego amoroso compartido, hay muchos matices, y los niños tienen
juegos amorosos, los tienen entre sí, los tienen niños con niños y
niños con adultos, y adultos con niños, un juego amoroso no es una
violación, aunque pueda haber elementos de sexo directo, si un juego
es consentido, es aceptado, es otra cuestión, ya sé que suena
horrible esto, no se puede decir, pero yo sigo pensando que un niño
tiene una sensualidad. De
una entrevista para la revista Lateral, 2004. Michael
Kearns 1950-
. Actor, escritor y activista gay estadounidense. Tengo
un amigo que se enfrenta a una posible condena de cárcel por tener
relaciones sexuales con una pareja de 15 años. Yo quiero a mi amigo;
es una buena persona. En la audiencia preliminar, me quedó claro que
las “víctimas” eran los seductores, quienes ya habían tenido
repetidamente relaciones sexuales entre ellos. Pero a los ojos del
tribunal, su edad es el único factor a valorar. Desde un salón de té
para drag-queens, aplaudo cualquier subcultura gay. La discriminación
entre nosotros es profundamente autodestructiva. NAMBLA merece ser
escuchada y respetada. “Men Loving Boys”, publicado en la revista gay Edge, 31 agosto 1988. Alfred
Kinsey 1894-1956.
Biólogo, zoólogo y sexólogo estadounidense. Es difícil entender por qué un niño, excepto por sus condicionamientos culturales, debería sentirse turbado porque le toquen sus genitales, o por ver los genitales de otras personas, o por otros contactos sexuales incluso más concretos. Cuando padres y maestros les previenen constantemente con respecto a los contactos con adultos, sin proporcionarles explicación alguna sobre la precisa naturaleza de los contactos prohibidos, los niños se hacen propensos a ponerse histéricos tan pronto como se les aproxime cualquier persona mayor, o cuando alguien se detenga a hablarles en la calle, o les acaricie, o se ofrezca a hacer algo por ellos, incluso cuando el adulto no tenga en mente objetivo sexual alguno. Algunos de los especialistas más
experimentados en los problemas de la infancia y la juventud han
llegado a la conclusión de que las reacciones emocionales de los
padres, de los agentes de policía y de otros adultos que descubren
que el niño ha sido objeto de un contacto tal pueden perturbar al niño
más seriamente que los mismos contactos sexuales. La histeria que
existe actualmente con respecto a las agresiones sexuales bien puede
tener consecuencias graves sobre la capacidad de muchos de esos niños
para llevar a cabo los necesarios ajustes sexuales, años después, en
sus matrimonios. Conducta
sexual de la mujer, 1953.
Thomas
Mann
1875-1955.
Escritor alemán. Amor,
por cierto, imitaba en esto a los matemáticos, que presentan a los niños
aún inexpertos imágenes concretas de las formas puras: así también,
para hacernos visible lo espiritual, el dios gustaba de recurrir a la
figura y el color de la juventud humana, a la que convertía en
instrumento de la reminiscencia adornándola con todo el esplendor de la
belleza, y ante cuya visión nos abrasaba luego el dolor y la
esperanza. La
muerte en Venecia,
1912 (trad. Juan del Solar, 2003). Gabriel
Matzneff 1936-
. Escritor francés. Lo
que me cautiva no es tanto un sexo determinado como la juventud
extrema, ésa que va de los diez a los dieciséis años y que a mi
juicio es —con más motivo que lo que suele entenderse por esa fórmula—
el verdadero tercer sexo. Les
Moins de seize ans.
París: Julliard (colección Idée fixe), 1974,
p. 21. Ese
gusto por los niños, ¿es homosexual? Stricto sensu, sí: un
muchacho de trece años es del mismo sexo que yo, y por lo tanto, al
acostarme con él realizo un acto homosexual. Sin embargo, si homos
significa semejante en griego, está claro que ese chaval y yo
no nos parecemos. Ídem.,
p. 22. Si
hay una edad en la que un muchacho necesita contactos sexuales, es la
adolescencia. La sociedad adulta no tiene ningún derecho a prohibirle
calmar esa sed. Ídem.,
p. 49. De
vez en cuando, un marido asesina a su mujer. Este incidente lamentable
no pone en tela de juicio, en la mentalidad de los burgueses, la
institución del matrimonio. No porque un enfermo mental estrangule de
vez en cuando a un niño esos mismos burgueses tienen derecho a hacer
pagar el pato a todos los pederastas, ni a privar a sus hijos de la
felicidad de ser iniciados en el placer, la única «educación sexual»
que no es una mentira y una bobada. Ídem.,
pp. 49-50. Acostarse
con un/a niño/a es una experiencia hierofánica, una prueba
bautismal, una aventura sagrada. Ídem.,
p. 75. Las
razones que esgrimen los adultos para prohibir a los menores de dieciséis
años una vida amorosa son parecidas a las pruebas de la existencia de
Dios tan queridas por la teología escolástica: no se sostienen. Les
passions schismatiques.
París:
Éd. Stock (Le monde ouvert), 1977,
“L’enfant”, p. 139. […]
lo que había sido el siglo que terminaba: el horror de los regímenes
totalitarios, después la caída de la Unión Soviética, los Estados
Unidos convertidos en amos del mundo, el planeta sometido a las
bombas, a los mercados y a los aullidos puritanos del otro lado del
Atlántico, siendo los judíos reemplazados por los pedófilos en el
imaginario universal de la diablura. Mamma,
li Turchi !
París: La
Table Ronde, 2000, segunda
parte, cap. 3, p. 157. Catorce
años es la edad que yo mismo tenía cuando fui conquistado, seducido,
iniciado en los placeres del amor, desvirgado, «violado» diría el Código
penal, por la hermana mayor de uno de mis compañeros. Ella era mucho
más mayor que yo, muy guapa, muy sensual, muy dulce. Guardo de
aquella primera experiencia un recuerdo tierno y encantador. Séraphin,
c’est la fin !
París: Éd.
de La Table Ronde, 2013, “À
propos du viol” (13 diciembre 2007), p. 94. John
Money 1921-2006.
Psicólogo y sexólogo neozelandés. Si
yo viese el caso de un niño de diez u once años de edad intensa y eróticamente
atraído hacia un hombre de veinte o treinta, si la relación fuese
totalmente consentida y el vínculo afectivo fuese verdadera y
totalmente recíproco... en ese caso yo no lo calificaría como patológico
de ningún modo. De
una entrevista para Paidika: The Journal of Paedophilia, 1991. Vladimir
Nabokov 1899-1977.
Escritor estadounidense de origen ruso. Hay
muchachas, entre los nueve y catorce años de edad, que revelan su
verdadera naturaleza, que no es la humana, sino la de ninfas (es
decir, demoníaca), a ciertos fascinados peregrinos, los cuales, muy a
menudo, son mucho mayores que ellas (hasta el punto de doblar,
triplicar, o incluso cuadriplicar su edad). Propongo designar a esas
criaturas escogidas con el nombre de nínfulas. Lolita,
1955 (trad. Francesc Roca, 2002). Friedrich
Nietzsche 1844-1900.
Filósofo y escritor alemán. La cultura griega del periodo clásico es una cultura de hombres. Por lo que a las mujeres respecta, todo lo dice Pericles en el discurso fúnebre con las palabras: tanto mejores son cuanto entre los hombres se habla de ellas lo menos posible. La relación erótica de los hombres con
los adolescentes fue, en un grado inaccesible a nuestra comprensión,
el presupuesto necesario, único, de toda educación viril (más o
menos tal como entre nosotros durante mucho tiempo toda la educación
superior de las mujeres sólo la reportaban los amoríos y el
matrimonio); todo el idealismo de la fuerza de la naturaleza griega se
vertió en esa relación y probablemente jamás han vuelto nunca los jóvenes
a ser tratados tan atenta, tan amorosamente, tan absolutamente tomando
en consideración su sumo bien (virtus), como en los siglos VI
y VII, esto es, conforme a la bella máxima de Hölderlin: «pues
amando da el mortal lo mejor de sí» Humano,
demasiado humano - § 259
(trad. Alfredo Brotons Muñoz, 1996). Tom
O’Carroll 1945-
. Escritor y activista pedófilo irlandés. La
disparidad de tamaño y poder entre padre e hijo crea un potencial
para el abuso. Sin embargo, partiendo de la base de que las relaciones
entre padres e hijos suelen ser positivas, simplemente aceptamos que
la desigualdad forma parte de su propia naturaleza. Me gustaría que
las relaciones pedofílicas fueran vistas desde la misma perspectiva. Paedophilia: The Radical Case. Londres: Peter Owen Ltd., 1980. Roger
Peyrefitte 1907-2000.
Escritor francés. El hecho de ser pederasta no conlleva ninguna grandeza, pero tampoco impide ninguna. Tal vez la verdadera grandeza de la pederastia esté en sus servidumbres, porque, incluso entre los griegos, que con todo la divinizaron, obligaba a sus adeptos a luchar contra los prejuicios del vulgo. En todas las épocas, la vida del pederasta ha sido un combate. Combate, cuando es joven, contra sus maestros y contra su familia, combate después contra la sociedad, amenaza perpetua para su honor y su posición, odio feroz de los reprimidos, de los hipócritas y de los imbéciles. Sería engañoso dejarse guiar por las victorias
de algunos pederastas en áreas específicas. Siempre son duramente
conquistadas y ásperamente cuestionadas. Finalmente, como la
pederastia es el tipo de amor para el que resulta más difícil
constituir, mantener y desarrollar la pareja ideal, es también este
el que proporciona menos logros y en el que, la mayoría de las veces,
el placer sustituye a la felicidad. “Grandeur
et servitudes de la pédérastie”, en Le Crapouillot, n.º
12, Les pédérastes, agosto-septiembre 1970, p. 15. La
imprudencia, la confianza, la ingenuidad, el entusiasmo de la mayoría
de pederastas los expone a más desventuras que a los demás –se
podría decir incluso que algunos los buscan como un estimulante. Es
la dificultad de encontrar al compañero soñado lo que les inspira
esa bulimia, confundida en ocasiones con una neurosis. Ibíd.,
p. 16. [...]
Homófilo, palabra horrible que apesta a farmacia. Tampoco me
gusta la de pedófilo, aunque sea auténticamente griega, y prefiero
la palabra más franca de pederasta, que no lo es menos. Propos
secrets.
París: Albin Michel, 1977, cap. 11, p. 247. ¿Qué
mejor recuerdo para un hombre que el de saber que fue deseado por otro
hombre cuando era niño? Propos
secrets (2). París:
Albin Michel, 1980, cap. 10, p. 319. Platón H.
427-347 a. C. Filósofo griego. Pues
yo al menos no puedo decir que exista para un joven recién llegado a
la adolescencia mayor bien que tener un amante virtuoso, o para un
amante, que tener un amado. El
Banquete (trad. Guillermo
Galán Vioque y Miguel Á. Márquez Guerrero, 2001). Christiane
Rochefort 1917-1998.
Escritora francesa. Entre
todos los oprimidos dotados de habla, los niños son los más
callados. […]
Son los adultos quienes hablan
por los niños, como los blancos hablan por los negros y los hombres
por las mujeres. Es decir, desde arriba y desde fuera. Les
enfants d’abord.
París:
Bernard Grasset, 1976, pp. 7-8. Estratón
de Sardes S.
II. Poeta griego. Disfruto
con los de doce años en la flor de la edad. Mas es el
de trece mucho más deseable incluso; y
el que tiene dos veces siete es una flor más dulce que los Amores, pero
es más agradable el que cumple el tercer lustro; el
de dieciséis años pertenece a los dioses; pero conseguir al
de diecisiete no está a mi alcance, sino de Zeus. Aunque
si alguien siente deseo de chicos mayores, ya no juega, Sino
que busca ya “que le dé… respuesta”. Antología
Palatina, XII, 4
(trad. Guillermo G. Vioque y Miguel Ángel M. Guerrero). Teognis S.
V a. C. Poeta griego. El
amor por un joven es hermoso para poseerlo y hermoso para dejarlo;
pero es más difícil de hallar que de satisfacer; mil males y bienes
provienen de él, pero en esto mismo hay un cierto encanto. II,
1369-1372 (trad. Francisco R. Adrados). Fernando
Vallejo 1942-
. Escritor colombiano. Yo
no soy homosexual, yo soy bisexual: me gustan los niños y los
muchachos. Entrevistado
por Margarita Vidal para un programa de televisión. Cfr.
Documental de Luis Ospina, 2000. La desazón suprema. Retrato
incesante de Fernando Vallejo. La
palabra pederastia es de un significado amplio que hay que precisar.
Pederastia es tener relaciones sexuales con niños, pero hay que
entender primero qué es un niño. ¿Un niño es uno de 5 años o uno
de 13? Uno de 13 no es un niño y uno de 12 está dejando de ser
niño y puede tener relaciones sexuales con personas mayores, si les
da la gana. Durante
la conferencia “Los crímenes del Cristianismo”, en el Teatro
Heredia de Cartagena (Colombia), 2009. La
pederastia es inocente siempre y cuando no vaya destinada a la
reproducción, en
cuyo caso es el crimen máximo, y siempre y cuando no
medie la violencia física y la coacción moral. Durante
la presentación en la Casa de América de Madrid, en 2010, de la
novela Mi hermano el alcalde. La
pederastia no es un crimen, es una tontería: ¿Qué importancia tiene
que un cura masturbe a un muchachito? El muchachito se irá a
masturbar a su casa.
Entrevistado
por Silva Herzog para un programa de radio, 2011. |